No son las caidas ni las derrotas las que pueden hacer fracasar nuestras vidas, sino la falta de coraje para levantarse y seguir adelante

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Consejos de Buda

Estos son 13 consejos de Buda para tener una vida plena y con una buena autoestima

  1. Las cosas son lo que son. 
  2. Si crees que tienes un problema, tienes un problema. 
  3. El cambio comienza en ti mismo. 
  4. No hay mayor aprendizaje que equivocarse. 
  5. Si algo no sucede como estaba previsto, significa que lo mejor está por llegar. 
  6. Aprecia el presente. 
  7. Deja el deseo de lado. 
  8. Comprende tus miedos y sé agradecido. 
  9. Experimenta alegría. 
  10. Nunca te compares con los demás. 
  11. No eres una víctima. Siempre eres el creador de tu experiencia. 
  12. Todo cambia. 
  13. Todo es posible. 

Siete actitudes revelan si un jefe es un psicópata

Que es la psicopatia, esta esun transtorno antisocial de la personalidad

Para saber mas puede acceder

https://es.wikipedia.org/wiki/Psicopat%C3%ADa

Nota de prensa que salio publicado en el periodico página Siete el dia 16 de octubre de 2016 en la revista Miradas en la página 25

Según un estudio, uno de cada cinco jefes de empresa padece un trastorno de personalidad similar al de los psicópatas.

Agencias Madrid

El poder organizativo se transforma cada vez más en un atractivo esencial para un tipo de personas con un terrible potencial de producir daño: los psicópatas. A diferencia de los psicópatas que estamos acostumbrados a ver en películas de terror, estos individuos son depredadores psicológicos y sociales de "guante blanco”, que rara vez se manifiestan como criminales sangrientos, pero que extienden continuamente el mal y el sufrimiento en las organizaciones.

Los psicópatas organizativos son tipos generalmente encantadores y seductores, con una imagen inmejorable ante los demás y una capacidad notable de llevar tanto a las personas como a las organizaciones al sufrimiento y al desastre.

¿Tiene su jefe alguna de las siguientes carcaterísticas?


  1. No siente remordimientos de ningún tipo. 
  2.  Manipula constantemente a los demás. 
  3. No siente empatía con ninguno de sus empleados. 
  4. Actúa impulsivamente y estalla a la mínima. 
  5.  Se aburre con facilidad. 
  6.  Miente constantemente. 
  7.  Se encapricha y desencanta con facilidad de la gente.


¿Cumple alguna de estas características? Pues entonces puede que esté en manos de un psicópata, o eso al menos es lo que afirman estudios de la Universidad Bond (Australia) y de la Universidad de San Diego (EEUU), en los que se recoge que uno de cada cinco jefes de empresa padece un trastorno de personalidad similar al de los psicópatas. ¿Lo sorprendente? Que es la misma proporción que se encuentra entre los reclusos de las prisiones.

De hecho, en el de la Universidad de San Diego se analizó el comportamiento de 1.000 altos ejecutivos y directivos CEO de Estados Unidos y se reveló que el 21% de los sujetos presentaban altos niveles de psicopatía clínica. Si lo comparamos con el dato en el resto de la población, la diferencia es abismal: pues solo uno de cada cien lo padecen.

Fobia al amor

Nota publica en el periodico Página siete en la pagina cuatro el dia 19 de marzo de 2017

El miedo irracional de enamorarnos es un ejemplo de una fobia tan natural como el mismo ser humano

Bitia Vargas La Paz

Ya sea porque hemos salido de una mala relación, porque no queremos que nos quiten nuestra libertad, o porque tenemos miedo de ser lastimados nuevamente, el miedo a enamorarnos también puede llegar a convertirse en una fobia que disminuye nuestra capacidad social y emocional para relacionarnos con las personas.

Existen fobias tan extrañas que no es imposible si quiera imaginarlas.

Generalmente el motor que sostiene a una fobia es un pensamiento tan irracional frente a algo material o inclusive inmaterial, a un hecho que ni ha ocurrido todavía o que no tiene por qué ocurrirnos, que los que no hemos desarrollado una fobia nunca seremos capaces de entender ni comprender la razón de un miedo que a nuestros ojos nos resulta ridículo.

El miedo irracional de enamorarnos es un ejemplo de una fobia cuya causa es algo abstracta, tan natural como propio del ser humano. Enamorarse es una reacción química incontrolable que nos puede suceder inclusive cuando no estamos predispuestos. Por lo tanto, se puede decir que es algo instintivo, cuya razón de ser es la posibilidad del encuentro sexual. Sin embargo, para los que temen enamorarse, no es en sí el tener el encuentro sexual el objeto de su miedo, sino en la posibilidad de establecer lazos emocionales muy fuertes con el otro.

Como la entrada a una relación sentimental generalmente empieza con el enamoramiento, las personas que han desarrollado una filofobia (miedo al amor) evitan inclusive relacionarse con otros, porque de esta relación puede surgir un potencial enamoramiento. Ya no es simplemente el miedo al amor, sino el miedo anticipatorio de enamorarse lo que les hace aislarse y huir de cualquier contacto social.

Enamorarse, entonces, resulta ser una fuente de estrés tan grande que muchas veces se presenta con diferentes síntomas y, en los casos más graves, palpitaciones o dolores.

Si hablamos de casos menos severos, la persona puede desarrollar ciertas conductas que le impidan establecer relaciones sociales, elaborando estrategias para que el relacionamiento con alguien no sea tan significativo.

Ahí tenemos a aquellos cuyas relaciones no tienen ningún compromiso, no aspiran a tener futuro, superficiales, basadas en mentiras, donde evitan por completo mostrarse tal cual son por temor a resultar vulnerables. Todo contacto es superficial a nivel emocional y huyen cuando la situación está por tornarse seria. Pueden mantener relaciones múltiples como garantía para no enamorarse de alguien específico o porque tienen miedo de ser abandonadas y confirmar así su miedo al amor.

Tal como ocurre en las fobias con respecto a su origen, existen varios supuestos todavía no comprobados sobre las causas de la fobia al amor, desde el sentimiento intenso de un nuevo fracaso en la relación y el rechazo, hasta los duelos mal elaborados de rupturas anteriores.

Resulta evidente que cuando una persona ha salido de una relación caótica y complicada, difícilmente tiene ganas de empezar una nueva, esto sucede porque durante la etapa del duelo, la persona precisa primero sanar esas heridas y fortalecer su capacidad de resiliencia, lo que puede no suceder en las personas que rechazan por completo la idea de enamorarse, quienes posiblemente se aferran a su sufrimiento y su dolor, sin poder perdonar ni perdonarse.

En cualquier caso, si determinadas situaciones nos incapacitan para desenvolvernos de manera adecuada, para relacionarnos sin problemas con otros, para vivir en armonía desde nuestros cuatro planos sagrados (bio-psico-socio-espiritual), es vital tomar la decisión de abordar el problema con una determinada terapia científica o diferentes estrategias que nos permitan hallar equilibrio para beneficio nuestro y el de nuestro entorno.

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